Energéticamente, todos los seres humanos estamos formados por energía femenina y masculina. La energía femenina es aquella que integra conceptos como la empatía, las emociones, el instinto; es la energía creativa, receptiva, intuitiva y reflexiva, aquella que gesta e inspira. Por otro lado, la energía masculina es racional, competitiva e impulsiva, es fuerza, valentía, decisión e iniciación; es nuestro sentido de supervivencia. Son el Sol y la Luna, el Ying y el Yang.
Al estar integrados por estas dos energías es importante entender que que ambas son necesarias, dos polaridades de una misma cosa. El conflicto surge cuando pretendemos negar una y esta dualidad se desequilibra, cuando negamos una parte de nosotros, terminamos reprimiendo nuestro potencial.
Dentro de la medicina ancestral, se utilizan el Huevo Yoni (energía femenina) y el Falo sagrado (energía masculina) para sanar y equilibrar nuestra dualidad energética a partir del placer. Ambos instrumentos ayudan a sanar memorias de trauma, violencia y dolor desde el amor propio y el auto conocimiento.
Al trabajar con falos sagrados, estos emiten luz al canal vaginal activando circuitos dormidos que, por estar bloqueados o desconectados, no permiten que sintamos placer. Al dejarnos penetrar por la energía del cuarzo, este emite y expande su energía, permitiendo fluir la energía vital por todo nuestro cuerpo.
A través de la energía fálica podemos activar nuestro fuego interno, logrando que todo nuestro organismo se estimule y regenere, sanando heridas y equilibrando energías.
Esta medicina ancestral va más allá de una mera masturbación, es crear un vínculo de máxima conexión contigo, es un punto de anclaje, un viaje astral, un equilibrio de energías que recorre hasta lo más profundo de tu ser.
¿Cómo utilizarlo?
1. Limpia profundamente tus manos y el falo de cuarzo con agua tibia y un jabón neutro, también puedes utilizar un jabón vaginal.
2. Sécalo con una toalla limpia que no suelte pelusa y frótalo para que entre en calor (también puedes utilizar agua caliente para elevar su temperatura).
3. Para utilizarlo como falo vaginal, es necesario que esté calientito (si lo utilizas como masajeador facial, debe de estar totalmente frío) para que el canal vaginal no se contraiga. Se recomienda colocar unas gotitas de lubricante natural.
4. Acuéstate boca arriba con tus piernas dobladas y separa las rodillas a la altura de tus hombros.
Realiza respiraciones suaves a un ritmo cómodo, poco a poco introduce el falo de cuarzo, inhalando al introducir y exhalando para retirar. Eleva tu pelvis hacia adelante y hacia atrás.
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